Desempleo de la clase trabajadora
La mano de obra esclava y barata fue
otra de las grandes causas que provocaron la caída del Imperio Romano.
Los plebeyos de Roma, al no poder competir contra los esclavos, quedaron
desempleados y pasaron a depender de las dádivas del Estado. Además de
lo anterior, los romanos pusieron en práctica una política de comercio
sin restricciones que empeoró aún más la situación de los plebeyos, pues
se vieron imposibilitados de competir con el comercio extranjero.
Ante ello, el Gobierno se vio obligado a
subsidiar la clase trabajadora de Roma para equilibrar las diferencias
de los precios. El resultado final, fue que muchos de los plebeyos
decidieron vivir de los subsidios del estado, sacrificando su nivel de
vida por la facilidad de una vida ociosa. La evidente diferencia entre
los romanos ricos y pobres aumentó aún más.
La chusma y el costo de los juegos de gladiadores
Si los miles de ciudadanos romanos
desempleados se hartaron de sus vidas, esto llevó a numerosos disturbios
civiles y motines callejeros. El populacho necesitaba encontrar un modo
de entretenerse, y los espectaculares juegos de gladiadores comenzaron a
llenar el vacío de sus vidas. El costo de estos juegos corría a cargo
de los Emperadores, y por ende del Estado, por lo que muchos corruptos
políticos patrocinaron los juegos para ganarse el favor y el apoyo del
pueblo. El costo de los juegos de gladiadores, eventualmente llegó a
representar un tercio de los ingresos totales del Imperio Romano.
La esclavitud
El número de esclavos se incrementó
dramáticamente durante las dos primeras centurias del Imperio Romano. La
dependencia del pueblo romano a los esclavos fue tal, que no solo
disminuyó la moral, los valores y la ética, sino que propició el
estancamiento de cualquier nueva tecnología que pudiera producir bienes
de manera más eficiente. Los romanos dependían de la mano de obra
esclava para casi todas sus necesidades, y esta dependencia inhibió
cualquier cambio o crecimiento tecnológico.
Por otra parte, el trato despiadado a
los esclavos condujo a numerosas rebeliones y Guerras Serviles, siendo
la más reconocida de ellas, la encabezada por el famoso gladiador
Espartaco. En los últimos siglos del Imperio, y con el advenimiento del
cristianismo, la actitud hacia el esclavo cambió. Con la manumisión
(acto de liberar a los esclavos), el número de la servidumbre disminuyó
considerablemente, junto a la dependencia de Roma por esta fuerza de
trabajo.