Pérdida de la moral
Otra de las causas fundamentales que
dieron al traste con el Imperio Romano, residía en la pérdida de la
moral. Este deterioro, especialmente en la clase alta, la nobleza y los
Emperadores, trajo un impacto devastador en el pueblo romano. Ejemplo de
ello, encontramos en la inmoralidad y la promiscuidad de los actos
sexuales, incluyendo el adulterio y las orgías. Algunos Emperadores como
Tiberio, mantenían grupos de jóvenes muchachos para sus placeres, Nerón
disfrutaba del incesto, e incluso poseía un esclavo castrado para
tomarlo como esposa, Heliogábalo forzó a una virgen vestal para contraer
matrimonio y Cómodo, famoso por su harén de concubinas, enfurecía a la
multitud romana sentándose en el teatro o en los juegos, vestido con
prendas de mujer.
Esta pérdida de la moral, también afectó
a la clase baja y los esclavos. Las fiestas religiosas, conocidas como
Saturnalia o los Bacanales, consistían en la realización de sacrificios,
canciones obscenas, actos lascivos y un derroche de promiscuidad sexual
donde muchas veces, estos actos bestiales y otros sucesos obscenos
tomaban también lugar en la arena del Coliseo como mera forma de
entretenimiento. Los burdeles y la prostitución forzada florecieron, al
igual que el consumo masivo de alcohol, y los juegos de azar en los
combates de gladiadores, donde no faltaba la crueldad sádica hacia el
hombre y las bestias de la arena.